El transporte de mercancías, que incluye transporte marítimo, aéreo, terrestre y ferroviario, representa una parte considerable de las emisiones globales de GEI. El transporte marítimo, que maneja aproximadamente el 80% del comercio mundial, es responsable de alrededor del 3% de las emisiones globales de carbono. Aunque puede parecer una cifra pequeña, la expansión del comercio y el crecimiento del consumo global hacen que estas emisiones aumenten rápidamente.
La reducción de la huella de carbono en el transporte de mercancías presenta varios desafíos. Uno de los principales es la dependencia continua de combustibles fósiles, así como la falta de infraestructura global para alternativas más limpias.
El transporte de mercancías aún depende en gran medida de combustibles como el diésel y el fuelóleo. Las alternativas, como los biocombustibles o el hidrógeno, aunque prometedoras, no están disponibles a gran escala.
El desarrollo de nuevas tecnologías de transporte sostenible, como buques eléctricos, aviones con bajas emisiones y camiones impulsados por energías limpias, aún está en fase inicial. La implementación de estas tecnologías a nivel global es costosa y requiere tiempo.
Diversas organizaciones internacionales y empresas están tomando medidas para reducir las emisiones de carbono en el transporte de mercancías, impulsadas tanto por regulaciones gubernamentales como por la demanda de los consumidores de prácticas comerciales más sostenibles.
México, como un actor clave en el comercio exterior, está adoptando medidas para reducir la huella de carbono de su sector logístico. La creciente participación del país en acuerdos internacionales y su inversión en infraestructura verde son pasos importantes para contribuir a la sostenibilidad global.
El gobierno mexicano ha lanzado iniciativas para promover el uso de energías limpias y la adopción de tecnologías de transporte sostenible en los puertos y en el sector del transporte terrestre.
Además, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) incluye disposiciones para mejorar las prácticas comerciales sostenibles, lo que obliga a México a trabajar en la reducción de emisiones de carbono en su comercio exterior y logística.
El camino hacia un comercio exterior más sostenible no solo ayudará a reducir las emisiones de carbono, sino que también impulsará la competitividad de las empresas y promoverá la creación de empleos en el sector de las energías renovables y la tecnología verde. Para asegurar un futuro próspero para las próximas generaciones, la reducción de la huella de carbono en el transporte de mercancías es un reto que no podemos ignorar.
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